Yo no moriría nunca por mis creencias porque puedo estar equivocado

- Bertrand Russell

jueves, 29 de septiembre de 2011

Creacionismo contra Evolución. O cómo se ataca un gigante con las armas de la ignorancia y argumentos malos, malísimos. Parte I


Argumentos escuálidos contra el gigante de la realidad
Parte esencial de la ciencia es el conflicto de ideas, la discusión y los desacuerdos. Constantemente los científicos traban combates encarnizados en el ring de los “peer review journals” y en las palestras de las grandes universidades e institutos de investigación. Ningún sueño es más codiciado por un joven científico que el descubrir una “falla”, una nueva óptica o un refinamiento sobre una conocida teoría científica. Esto es especialmente cierto en el caso de aquellos campos en la frontera agreste de la ciencia, como la física cuántica y la astrofísica. Por supuesto que hay mucho debate sobre la Teoría de Cuerdas (String Theory) y su momentánea infalsabilidad; hay discusiones sobre el hipotético Bosón de Higgs; y al momento  de escribir estas líneas, hay tremendo revuelo en el mundo de la física de partículas al haberse descubierto la semana pasada neutrinos aparentemente excediendo el límite de velocidad (el de la luz) "permitido" en el universo, de acuerdo a la Teoría Especial de la Relatividad.

Hay mucha pelea y debate en esos campos de vanguardia. Pero también hay otras áreas científicas más maduras y establecidas, donde las discusiones están ya completamente ausentes. Ya nadie le discute a Newton, a Faraday, a Maxwell  o a Boyle. Difícilmente alguien en las esferas científicas pondrá en duda que una corriente eléctrica produce un campo magnético, que el volumen de un gas es inversamente proporcional a su presión, o que la Tierra orbita alrededor del Sol (aunque un gran porcentaje de la población mundial crea que es el Sol el que gira alrededor de la Tierra).

En cuanto a la Biología y su teoría central, la Evolución de las Especies por Selección Natural con sus 150 años de madurez, hay que decir que en las esferas científicas hay un debate atinente a los pormenores del CÓMO la evolución ocurre, en cuanto a este o aquel detalle a nivel celular. No existe – repito – NO EXISTE! ... controversia en la comunidad científica en cuanto a la realidad factual de la Evolución, del mismo modo que no lo existe sobre la Gravitación Universal. Que las especies van cambiando y diversificándose de acuerdo a las presiones que su medio ambiente les impone es un hecho de igual indiscutibilidad como que los cuerpos se atraen en virtud de sus masas.

Resulta trágico entonces que la Teoría de la Evolución se encuentre bajo un ataque tan feroz en los Estados Unidos de América y en los países islámicos. Resulta simpatiquísimo que las “críticas” a la Teoría de la Evolución no provengan de entidades científicas ni individuos guiados por el método científico mismo. No, las “críticas” a la Evolución vienen de los púlpitos, de las publicaciones propagandísticas religiosas, de La Atalaya y La Torre de Guardia, del Club 700, de los políticos republicanos en busca de votos, de personajes que nunca entendieron lo que ciencia significa, y por el contrario descubrieron que esa ignorancia produce buenos réditos cuando se la vende a millones que buscan justificar su propia ignorancia. Las “críticas” a la Evolución no contraponen ninguna explicación alternativa igualmente científica; lo que se propone es un regreso al mito y el pensamiento mágico, a los textos sagrados e incontestables; al universo apareciendo como un acto de magia, un hombre hecho de barro y una mujer de su costilla. Tal es el nivel “científico” que se opone a la Evolución de las Especies.

Los argumentos contra la Evolución son malos, malísimos. No sólo parecen provenir de quien nunca ha abierto un libro de ciencia sino que jinetean a lomos de la normal ignorancia y malos conceptos que lógicamente abundan entre quienes no vivimos de la ciencia y especialmente entre quienes no leen más que un libro. 

Reconociendo entonces que este no es un debate serio en las esferas serias de la ciencia, sino que pertenece acá abajo, entre ignorantes orgullosos de ignorar e ignorantes que valoran la realidad, me doy a continuación a la fácil tarea de discutir y desnudar esos malísimos argumentos y errores de concepto, comenzando por los más recurrentes.

“La evolución dice que el hombre desciende del mono …”
Arbol filogenético de los primates
Respuesta: Este tal vez sea el error de concepto más común sobre la evolución. En ningún lugar de la teoría se afirma que el ser humano descienda del conjunto de especies modernas que englobamos bajo la categoría “monos”. Lo que compartimos con el resto de primates es un ancestro común, una especie que existió hace millones de años y la cual se ramificó en diferentes especies, algunas de las cuales ya se extinguieron pero otras han llegado a nuestra época con nosotros. Ni lémures, ni babuinos, ni gorilas, ni bonobos, ni orangutanes, ni chimpancés son ancestros del homo sapiens; son más bien sus "primos" más cercanos.


“Si el hombre desciende del mono ¿porqué todavía hay monos?”
Respuesta: Aparte de padecer el error de concepto explicado en el punto anterior, esta frase denota ignorancia sobre el mecanismo evolutivo. Las especies van sufriendo modificaciones con el paso del tiempo, pero además se van ramificando cuando parte de la población es aislada del resto y sometida a presiones ambientales distintas. Un grupo de osos quedó aislado en regiones árticas hace millones de años y desarrolló gran adaptación a ese ambiente (pelo blanco, mayor tamaño, resistencia al frío extremo), pero el surgimiento de esta nueva especie –el oso polar- no hace que otros grupos de osos, que debieron adaptarse a otros ambientes, desaparezcan.

La fatuidad de este mal argumento se desnuda si le aplicamos un Reductio ad Absurdum:

Si los americanos descienden de europeos ¿porqué todavía hay europeos?
Si el idioma Español desciende del idioma Latín ¿porqué todavía hay Latín?
Si el lenguaje de programación Pascal desciende de Algol ¿porqué todavía hay Algol?
Si el oso polar desciende del oso pardo ¿porqué todavía hay osos pardos?

“Si la evolución es cierta ¿porqué se ha detenido?”
Respuesta: La evolución no se ha detenido en ningún momento. Quien esgrime este mal argumento espera ver grandes cambios evolutivos en sus pocas décadas de vida, pero sucede que en la mayoría de los casos el proceso evolutivo es tan lento que requiere millones o al menos miles de años para que los cambios sean apreciables. Con todo y ello, sí existe cambio evolutivo de cortísimo plazo en algunos casos. Los virus, bacterias y plagas desarrollan resistencia a los anticuerpos, antibióticos y plaguicidas con los que les combatimos; las mariposas nocturnas se volvieron negras entre el smog de la ciudad; los ratones de desierto adoptan el color que mejor los oculta de sus predadores.
Si alguien piensa que la evolución se ha detenido, a lo mejor su problema es con la abstracción matemática necesaria para concebir que cada millón de años = mil milenios = diez mil siglos = 1,000,000 años.

“Yo voy a creer en la evolución hasta que vea una perra dando a luz a un gato”
Respuesta: Muchos en Europa y América Latina pensarán que estoy bromeando o exagerando, pero esta es una frase que se la puede oír a grandes evangelistas y politicos en los Estados Unidos, en transmisiones de costa a costa, sabiendo que son escuchados por millones de personas y sin temor al ridículo. La ignorancia de esta gente con respecto a la más básica biología les lleva a creer que la evolución opera en cambios repentinos, y que una madre de una especie puede producir crías de otra especie perteneciente a otro orden, clase y filo. No comprenden que la evolución es un proceso terriblemente lento y gradual, y que nunca un animal podrá tener retoños de una especie distinta.

“Yo voy a creer en la evolución cuando vea un animal que sea mitad cocodrilo y mitad pato”
El Patodrilo. Lo que los creacionistas esperan ver
Respuesta: Esta es otra versión del caso anterior, el considerar que la evolución supone quimeras en las que un individuo puede ser mitad una cosa y mitad otra. Quieren ver un patodrilo o crocoduck! No solo fallan en entender la lentitud y gradualidad del mecanismo evolutivo sino también fallan en entender que éste opera a nivel colectivo en poblaciones completas, no a nivel individual. La principal falacia lógica cometida por los creacionistas es la Falacia del Espantapájaros: están peleando contra lo que ELLOS CREEN que es evolución, no contra lo que evolución realmente es. (Tan fácil que sería abrir un libro!)

“La evolución sólo es una teoría!”
Respuesta: Como ya explicamos en un post anterior, el concepto coloquial de la palabra “teoría” no es el que se debe usar cuando uno se refiere a “Teoría Científica”. Coloquialmente con lo de “teoría” pretendemos decir “conjetura”, “suposición” y hasta “corazonada”, como cuando decimos por ejemplo “tengo la teoría de que mañana va a hacer viento”, estamos queriendo decir que eso puede ser cierto o no, que eso es nuestra riesgosa e incomprometida suposición. En lenguaje científico o académico, el concepto de “Teoría” es el cuerpo extenso de observaciones, datos, experimentos, hipótesis, leyes, tratados, volúmenes, cálculos que explican un fenómeno natural. No hay nada de corazonadas o suposiciones en el concepto científico de “Teoría”, como no lo hay cuando hablamos de la Teoría Electromagnética, la Teoría Microbiológica de la Enfermedad, la Teoría Heliocéntrica o la Teoría de la Evolución por Selección Natural.

“La evolución no puede explicar cómo se originó la vida”
Respuesta: Y no pretende hacerlo. La evolución explica la diversificación de la vida a través del tiempo una vez que ya hay vida. Ese es por definición su límite. Emitir esa frase es equivalente a decir “la Teoría de la Relatividad no puede explicar cómo hacer tostadas a la francesa”.
Y es que ya hay un campo de la ciencia dedicado a estudiar los orígenes de la vida. Se llama Abiogénesis y no tiene nada que ver con Evolución más que el ser objetos de estudio científico.

“No creo en la evolución porque eso del Big Bang ... bla bla bla”
Respuesta: Aquí estamos ante un caso peor que el del punto anterior. Muchos creacionistas y antievolucionistas no sólo desconocen lo más básico de la evolución sino que llegan al punto de llamarle “evolución” a cualquier área de la ciencia que consideren contrapuesta a su dogma religioso. De modo que le llaman “evolución” no sólo a la teoría presentada por Charles Darwin y desarrollada en el último siglo y medio, sino que también ahí embuten la Paleontología, la Geología, la Antropología, y como en este ejemplo, la Astrofísica.

“En el registro de fósiles hasta ahora encontrados no hay uno solo que sea transicional”
Evolución del caballo documentada por fósiles
Respuesta: TODOS los fósiles encontrados hasta ahora son transicionales. Todos los seres vivientes son transicionales. Quien esto escribe y quien esto lee somos transicionales. El problema aquí es de nuevo un erróneo concepto sobre esa transición. Esperan encontrar una quimera como el patodrilo (crocoduck) o algo que es mitad una cosa y mitad otra. Si a lo que se refieren es a una secuencia de etapas por las que una determinada especie ha transitado en su camino evolutivo, pues existen en el registro de fósiles preciosos ejemplos como la evolución del caballo, de la ballena y del ser humano mismo.


“La evolución no es posible porque ¿cómo vamos a ser producto de la casualidad?”
Respuesta: La evolución no es casualidad. Es todo lo contrario de la casualidad. La modificación de las especies está altamente condicionada a la variación en el medio ambiente que habitan. Es ese conjunto de factores completamente exógenos a los organismos y poblaciones quienes “seleccionan” qué mutaciones serán favorecidas con supervivencia y reproducción. Hay jirafas porque hay acacias.
La Falacia del Espantapájaros ataca de nuevo.

(continuará)